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Puede que hayan pasado muchas mujeres por tu vida. Todas ellas fascinantes. Todas ellas únicas. Posiblemente tengas todo tipo de recuerdos acerca de todas y cada una de ellas. Pero por favor, no te enamores de una bruja.
No te estoy hablando de esas mujeres afeadas y crueles de los cuentos. Esa imagen forma parte de antiguas y absurdas leyendas creadas para denigrar su poder.
No te enamores de una bruja porque posiblemente, no seas capaz de olvidarla. Porque ella ha nacido para ser libre. Podrás gozar de su compañía, de la calidez de su cuerpo, del inmenso amor de su corazón, pero jamás podrás decir que es tuya. Porque ella solo se pertenece a sí misma. Ella no es de nadie pero pertenece al todo. Ella es un pequeño vestigio de las estrellas que forman el Universo, y como tal, su alma pertenece al bosque, al agua del mar, al susurro de los arroyos , al sol y a la luna.
No te enamores de su eterno diálogo. De las noches enteras que pasarás a su lado sin dormir hablando de lo divino y de lo humano. Porque ella no tendrá tabúes y profundizará en tu mente como las raíces de un roble.
No te enamores de una bruja porque nadie habrá besado antes tu alma. Porque con cada mirada es capaz de ver aquello que intentas esconder. Los fantasmas de los que tratas de huir, Ella alimentará al niño interior que dejaste olvidado dentro de ti y le pedirá que se una a ella para correr salvaje y libre. Y no quedará charco por saltar ni juego que recordar.
No. No te enamores de una ella porque no dudará en abandonar tu cama una noche de tormenta. Porque necesitará fusionar el latido de su corazón al estruendo del trueno. Danzará bajo la lluvia y dejará que con ella se disipe todo su dolor y pena.
No busques su mirada una noche de luna llena porque no podrá evitar elevar sus ojos al cielo. Sentirás su presencia pero no podrás escuchar el eterno diálogo que mantiene con Selene.
No la ames. Porque nunca antes te habrás sentido amado de esa forma. Libre. No te encadenará a su piel ni a su esencia. Porque ella solo te querrá a su lado si tú deseas estarlo. Tampoco intentes retenerla. Porque ella nunca te será infiel, nunca te traicionará. Pero si su corazón deja de latir junto al tuyo, no dudará en irse.
No te enamores de una bruja. Porque su sonrisa siempre será sincera. No tendrá miedo de mostrar sus sentimientos y hacerte participe de ellos. Buscará su espacio y su tiempo para explorar su continua mente en ebullición para poder crear algo de la nada. Porque donde ella está siempre hay vida.
No te enamores de su magia porque hasta entonces no habrás conocido el verdadero significado del arte de hacer el amor. Porque ella solo se entregará realmente cuando es capaz de darlo todo. Sentirás que eres capaz de tocar el cielo entre sus brazos y caerás en el infierno ante su ausencia.
No te enamores de sus ideales, de su mundo, de sus rarezas, ni de sus extrañas inseguridades. No adores sus locuras, su ternura, la profundidad de sus palabras y la consideración de sus gestos.
No te enamores de una bruja... pero si lo haces, ámala como ella lo merece.
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