Muchos han escrito al amor, al desamor, a lo cotidiano y a la vida. Pero como bien dijo un día el gran maestro Bécquer:
"podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía".
No sé si yo puedo tomarme el atrevimiento de poder decir que albergo poesía en mi interior, pero sí es cierto que mi alma se desnuda cuando se expresa en forma de versos. Estas líneas han sido escritas en distintos momentos de mi vida. Algunos de ellos siendo adolescente, otros más cercanos en el tiempo. Detrás de cada de uno de ellos hay un rostro, un sentimiento, una vivencia, una forma de sentir y de vivir.
Puede que quizás sea esta, mi entrada más personal.
Mis sonetos,
Enredo mis manos en su cabello,
bendecida por la diosa Fortuna.
Cierro los ojos mientras me acuna,
perdida en el olor de su cuello.
Su sonrisa alberga un destello,
alma profunda como la laguna.
Hombre carnal, niño de luna,
mar bravío son su piel y vello.
Peleo sabiendo que es en vano,
cuando ríe, reta y provoca,
presa en un universo lejano.
Manantial de agua dulce por boca,
como fresca lluvia de verano,
mi sed de amar, siempre él sofoca.
Como me gustaría navegar
en el inmenso mar de tu mirada,
sumergirme y encontrar guardada,
el alma que quiero conquistar.
Como muero por poder probar,
el néctar de tu boca delicada,
duramente acepto abnegada,
que mi sed no puedas saciar.
Pues soy esa esperanzada flama,
que tu amor puede hacer que crezca,
inflamado mi corazón te llama.
Y aunque respuesta no aparezca,
aquí espera alguien que ama
tu grandioso amor y no lo merezca.
A ir al infierno está condenado,
sabiendo el cielo cómo me apena,
que tenga que cumplir allí condena,
quien el corazón a mi ha robado.
Rezo, ruego, mas he suplicado,
el ardor que me quema cada vena,
sea el fuego de la dura condena,
a la que está sin perdón castigado.
Y aunque tú nunca has ofrecido,
de tus ojos la más tierna mirada,
mi corazón te está agradecido.
Por tu amor fuertemente cegada,
nunca caiga para tí en olvido,
la pasión de esta enamorada.
En tus labios está encerrado
y escondido en tu mirada,
lo que siempre esta enamorada,
en un amante ha buscado.
Todo cuanto he deseado
y sin esperar nunca nada,
la suerte me vino dada,
el día que te he encontrado.
Pues sin haberlo decidido
y sin que yo lo esperara,
mi corazón se vio vencido.
Nunca creí que Dios enviara,
después de todo lo vivido,
a un ángel al que yo amara.
Comments